July 12, 2010

Quieren vender y no los dejan Inauguran ‘farmers market’ en Boyle Heights; vendedores no pueden participar

- Eileen Truax/eileen.truax@laopinion.com |
- 2010-07-10
- | La Opinión
“Les invitamos a acercarse porque este es un momento históricoâ€, decÃa el concejal José HuÃzar ayer frente a la Plaza del Mariachi. “Vamos a inaugurar el primer ‘farmers market’ de Boyle Heights, un sueño esperado por muchos añosâ€.
Cerca de 150 personas visitaban los primeros puestos: frutas, verduras, comida preparada y artesanÃas fueron colocadas bajo los toldos que cada viernes, de 3:00 a 8:00 p.m., ofrecerán a la comunidad alimentos frescos, a precio accesible y en su propio barrio.
Este no es un asunto menor para Boyle Heights. Ubicado al este del centro de Los Ãngeles, con una población mayoritariamente latina e inmigrante, la zona nunca ha sido suficientemente atractiva para que las grandes cadenas de supermercados abran una sucursal ahÃ. El comercio se basa en los pequeños y medianos negocios sobre la avenida César Chávez, la Primera o la Soto, muchos pertenecientes a personas de la propia comunidad.
Sin embargo hay otro tipo de comercio que en los últimos años ha ido creciendo. Mujeres que recorren las calles con una canasta llena de empanadas. Hombres que pasan con ollas de elotes, o de tamales, o de lo que sea; la cosa es vender. Señoras que se instalan en una esquina para vender quesadillas y taquitos, y con eso pagar la renta.
“En este momento de crisis la gente no vende en las calles para tener dinero extra, sino para tener lo indispensableâ€, comenta Elizabeth Blaney, co directora de Unión de Vecinos, una organización local.
Durante el último año, y a raÃz de la crisis económica, el número de vecinos que sale a vender a las calles sin permiso se ha multiplicado. Esto provoca que los comerciantes establecidos, o los propios vecinos de las calles transitadas, se quejen con la policÃa. Entonces los agentes vienen y detienen a los vendedores, que se quedan sin olla, sin tamales, y sin renta para este mes. Y ahora estas personas presencian la inauguración de un ‘farmers market’ del cual no forman parte.
“La gente ha pedido un espacio dónde vender durante más de un año y ahora se lo dan a negocios que ya están establecidos en lugar de a los vendedores ambulantes. A partir de julio subieron los costos del transporte y el agua, y esta gente sigue sin tener un lugarâ€, alega Blaney.
El ‘farmers market’ inaugurado ayer, en efecto, es una extensión de negocios establecidos. Ahà tienen un sitio una cafeterÃa, una tienda que vende joyerÃa y algunos otros negocios. Ahà están también pequeñas compañÃas familiares que venden sus propios cultivos. El problema es que no los cultivan en Boyle Heights: vienen de Oxnard, de San Diego, y algunos fueron invitados porque ya contaban con un espacio en el ‘farmers market’ de Eagle Rock, también en el distrito de HuÃzar.
“Aquà va a poder venir toda la gente que quiera vender, le vamos a dar la oportunidad a la gente del barrioâ€, dijo HuÃzar a La Opinión durante la inauguración.
El concejal explicó que para aquellas personas que cumplan con los requisitos –un permiso que expide el condado de Los Ãngeles y una revisión de autoridades de salud- habrá un espacio en el mercado. Pero a quien hace el trámite se le pide una identificación oficial y un número de seguro social o de contribuyente, y muchos de quienes venden en la calle no tienen esta documentación.
HuÃzar reconoció esta limitación y pidió a los interesados que se acerquen a la Corporación Comunitaria del Este de Los Ãngeles (ELACC), organización que busca crear espacios alternativos para los vendedores. “Ellos pueden ayudarles formando colectivos o alianzas con familiares. Siempre hay una manera de trabajar con el sistemaâ€, afirmó.
Pero Leonardo Vilchis, co director de Unión de Vecinos, considera que el asunto va más allá.
“Estas medidas ignoran las prácticas que ya existen en la comunidad. Si hablamos de Boyle Heights, se tiene que organizar a la gente que ya tiene una historia y tradición de venta en el barrioâ€, comentó. “Lo que están haciendo son sólo apariencias, algo artificial que no tiene raÃz en la comunidad. Son experiencias paralelas a un sector ignorado por la ciudad desde hace 20 años o másâ€.