Inquilinos de Boyle Heights enfrentan incremento excesivo de alquiler
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Cuando Luis Valdivia, inquilino de un edificio en Boyle Heights, recibió una carta a principio de año por parte de su arrendador quedó impactado al ver que su alquiler iba a aumentar a casi el doble.
Este hombre, quien asegura haber pagado $1,000 por su apartamento de dos dormitorios durante los últimos 21 años, contó que se le ordenó pagar $1,825 comenzando el 1 de abril.
“Yo vi la carta y pensé que era demasiado injustoâ€, dijo Valdivia quien trabaja como mariachi en Boyle Heights.
Su vecino Francisco González, quien ha vivido en el mismo edificio por 12 años, recibió la misma notificación.
En su caso, el pago de su alquiler que solÃa ser de $907 por su apartamento de un dormitorio, aumentó a $1,495.
“Aquà vivimos personas de bajos ingresos que no tendrÃamos dinero para pagar esas cantidadesâ€, aseveró González.
En total, siete inquilinos del edificio de 25 departamentos, ubicado en la cuadra 1815 E. de la calle 2nd, recibieron la misma carta de aumento de alquiler.
Ellos concuerdan que esto ocurrió después que hubo un cambio de dueño a principios de 2017.
Pese a que la misiva explica que el aumento del arrendamiento se debe a “los gastos de la propiedadâ€; los vecinos dicen que esto es mentira puesto que ellos llevan meses pidiendo mejoras para sus departamento que hasta ahora no llegan.
Margarita Perea, que ha vivido en el edificio por cuatro años con su esposo e hija, dijo que desde que llegaron a vivir al edificio no se han hecho las reparaciones necesarias.
“A nosotros no nos pintaron el apartamento cuando llegamos porque dijeron que la inquilina anterior tenÃa poco tiempo viviendo acáâ€, dijo Perea quien también recibió la carta de aumento.
“La puerta esta toda rota de abajo y solo nos dicen que después vienen a arreglarlaâ€, añadió.
“Tenemos goteras, moho en las ventanas, cucarachas, puertas caÃdas y la promesa cada que nos quejamos es: ‘te la voy a arreglar mañana’ o ‘la otra semana’â€.
No hay control de renta
Los inquilinos consideran que este es otro golpe bajo para la comunidad de bajos ingresos de Boyle Heights.
El edificio en cuestión es aún más significativo para muchos inquilinos ya que al menos 10 de los departamentos son alquilados por personas que trabajan como mariachis y usualmente se reúnen en la Plaza del Mariachi, que queda a menos de media milla del inmueble, para conseguir sus contratos.
“ImagÃnese si nos vamos más lejos, cuando le hablen a mi esposo a que hora va a llegar si a veces los necesitan rápidoâ€, dijo Perea cuyo esposo es mariachi.
Aunque en Boyle Heights el 90% de las viviendas caen bajo el control de renta, el edificio en cuestión está dentro del 10% que no cuenta con esa protección, dijo Elizabeth Blaney, representante de Unión de Vecinos —una organización no lucrativa que asesora a los inquilinos.
Esto vuelve vulnerable al inmueble ante el aumento del alquiler en cualquier momento y por cualquier cantidad.
El control de renta es para edificios construidos antes de 1978. Este edificio fue construido en 1985.
“El problema que convierte a Boyle Heights en un área muy deseada es la cercanÃa al centro de Los Ãngeles y porque está rodeado del sector público y privado en desarrolloâ€, dijo Blaney.
“Al sur tenemos un proyecto habitacional de 5,000 unidades, entre el edificio de Sears y el complejo Wyvernwood. Al oeste está la construcción del puente de la calle sexta, con el parque que va a tener abajo y el rÃo. En la calle primera tenemos la expansión del hospital USC y la construcción del hotel Marengoâ€, explicó la activista.
Una lucha hasta el final
Los inquilinos se han negado a pagar el aumento de su alquiler.
Algunos enviaron sus pagos usuales por correo pero se les fue devuelto. Otros, como Valdivia manifestó, no han recibido el pago de regreso.
“Nosotros queremos llegar a un acuerdo, tuvimos una junta hace dos meses con Crescent Canyon [la compañÃa supervisora del edificio] y nos dijeron que el dueño tenÃa miedo hablar con nosotrosâ€, dijo González.
Aunque otros inquilinos no han recibido la carta de aumento en sus pagos también se han unido a la lucha contra el incremento de alquiler.
Entre ellos la pareja conformada por Oralia Juárez y José Vázquez, quienes han vivido en el edificio los últimos 16 años.
“Estamos seguros que podrÃamos ser los siguientesâ€, dijo Vázquez. “Pero vamos a luchar hasta el final para permanecer aquÃâ€.
La Opinión intentó contactar a Crescent Canyon y al dueño Frank B.J. Turner pero hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.